Las tecnologías financieras, conocidas como fintech, están transformando la forma en que las personas interactúan con el dinero, democratizando el acceso y mejorando la calidad de vida de millones de usuarios. Este artículo explora el camino recorrido, los desafíos pendientes y las oportunidades para consolidar un futuro más inclusivo.
El término fintech engloba el uso de la tecnología para innovar en servicios y productos financieros. Esta nueva ola de soluciones nace para atender necesidades no satisfechas por la banca tradicional, aprovechando el potencial de la inteligencia artificial, el big data y el blockchain.
A nivel global, la titularidad de cuentas en instituciones formales creció del 51% en 2011 al 76% en 2021. En América Latina, el impacto ha sido notable, con México como caso de estudio destacado.
La inclusión financiera significa que cada persona, independientemente de su nivel de ingresos o ubicación, tenga acceso a productos y servicios financieros adecuados y asequibles. En México, el 23% de los adultos permanece fuera del sistema financiero formal y otro 27% solo ha tenido contacto con un producto.
Gracias a las fintech, el número de cuentas digitales creció un 15% en los últimos cinco años, y el uso de pagos digitales ascendió del 29% al 46% entre 2019 y 2023. Estos avances representan un avance significativo en la reducción de brechas.
Las fintech han abierto oportunidades a segmentos tradicionalmente desatendidos:
Uno de cada cuatro dólares en remesas enviadas a México en 2023 –equivalente al 25% del total– fue gestionado vía fintech, lo que supone un aumento del 60% en tres años.
El crecimiento de las fintech ha sido impulsado por diversas innovaciones:
Para 2025, se estima que el 60% de los bancos en Latinoamérica operen soluciones de open banking, aumentando la oferta de pagos digitales inmediatos y personalización de productos.
Aunque los avances son prometedores, varias barreras limitan el potencial de las fintech:
La inversión en el sector fintech cayó casi un 20% entre 2023 y 2024, reflejando una desaceleración que exige modelos de negocio sostenibles y cooperación público-privada.
Para maximizar el impacto social y económico de las fintech, es fundamental:
Se espera que las transacciones digitales globales crezcan un 82% entre 2020 y 2025, pasando de un billón a 1.8 billones de operaciones.
El ecosistema fintech avanza hacia un modelo de crecimiento sostenible y rentable, donde el objetivo ya no es solo la expansión rápida, sino la consolidación de servicios seguros y confiables. El aumento anual de usuarios se ha estabilizado en un 37%, mientras las ganancias crecen en promedio un 39% anual.
La colaboración entre gobiernos, reguladores, bancos tradicionales y startups es clave para construir un ecosistema equilibrado, capaz de innovar sin comprometer la seguridad de los usuarios.
Referencias