En 2025, la transformación digital en finanzas ya no es una opción: es un requisito para cualquier entidad que aspire a liderar el mercado. La gestión documental evoluciona con rapidez, impulsada por regulaciones más estrictas, competencia fintech y usuarios que exigen servicios ágiles, transparentes y sostenibles.
Este artículo explora cómo la digitalización de documentos está cambiando el sector financiero, aportando datos clave, ventajas competitivas, retos a superar y tendencias tecnológicas que marcan el camino hacia una industria más eficiente y ecológica.
La digitalización en el sector financiero alcanza un nivel de madurez sin precedentes. Con un 45% de digitalización y aportando el 15% del valor añadido de la economía digital, las entidades financieras lideran el proceso de modernización.
En España, la economía digital supone el 21% del PIB, con Madrid concentrando el 28% de esa actividad y Cataluña otro 21%. Estas cifras reflejan la velocidad con la que bancos, aseguradoras y gestoras han adoptado sistemas de gestión documental electrónicos, impulsados por la pandemia y el auge del teletrabajo.
El avance de la digitalización documental impacta directamente en costes, productividad y sostenibilidad. Solo en transacciones electrónicas, el crecimiento entre 2020 y 2025 ha sido del 82%, pasando de 1 billón a 1,8 billones de operaciones globales.
Además, el programa "España Digital 2025" moviliza 140.000 millones de euros para modernizar la economía y acelerar la adopción tecnológica en todos los sectores, con un enfoque especial en la gestión documental.
El cambio hacia documentos digitales redefine la operativa interna y la experiencia del cliente. Entre las ventajas más destacadas encontramos:
La automatización de procesos como facturación, conciliaciones o auditorías reduce errores manuales y libera al personal para tareas de mayor valor añadido. De este modo, las entidades pueden adaptarse con rapidez a cambios regulatorios o de mercado.
A pesar de los beneficios, la migración a un entorno digital presenta obstáculos que requieren planificación y recursos estratégicos.
La gestión de este cambio exige establecer un plan claro: evaluación de procesos actuales, selección de tecnologías adecuadas y desarrollo de competencias digitales internas.
El impulso de la nube, el Big Data y la inteligencia artificial redefine la forma de procesar y analizar documentos financieros.
Se prevé que para 2025, el 85% de las instituciones en Latinoamérica adopten servicios cloud y RPA para sus procesos financieros, un claro indicio de la dirección global del sector.
La digitalización de documentos ya no se limita a la reducción de papel, sino que se configura como un elemento estratégico de competitividad. Las entidades que invierten en tecnologías innovadoras, seguridad y formación estarán mejor posicionadas para afrontar futuras crisis y cumplir sus objetivos ESG.
El camino hacia una finanza más eficiente, transparente y sostenible requiere compromiso, liderazgo y visión. Ahora más que nunca, es el momento de apostar por procesos documentales digitales que impulsen el crecimiento, protejan el medio ambiente y consoliden la confianza de clientes y reguladores.
Referencias